Aumentar la productividad es uno de los desafíos más importantes para la industria. Por esa razón, cada elemento relacionado con ella tiene que ser considerado con el objetivo de que esté al 100% de sus capacidades para que una empresa pueda alcanzar los más altos resultados.
Y para que eso suceda, el mantenimiento industrial ocupa un lugar de enorme importancia, ya que asegura que tanto la maquinaria como las instalaciones de una empresa estén al tope de sus capacidades.
En términos prácticos, una gestión preocupada por establecer un proceso de mejora constante y progresivos mayores índices de productividad debe considerar una serie de prácticas que permitan anticipar o reparar todo tipo de fallas y averías que alteren el funcionamiento de sus maquinarias.
Eso implica que el mantenimiento debe estar bien diseñado para evitar que las máquinas dejen de funcionar o elaboren productos con bajos estándares de calidad, se produzcan accidentes laborales o se ponga en riesgo la seguridad de los trabajadores.
Aunque los tres pilares que sostienen la lógica de una productividad eficiente son los costos, los plazos y la calidad, es el mantenimiento quien permite que estos mejoren, ya que aumentan los niveles de confiabilidad de las máquinas, lo que a su vez se traduce en menores costos de producción y una mayor calidad de los productos que se fabrican.
Ventajas del mantenimiento industrial
Aunque una empresa cuente con las máquinas más modernas y de alta calidad, en algún momento fallarán. Y si a eso agregamos que no reciben ningún tipo de mantenimiento, o éste es deficiente, lo más seguro es que funcionarán por debajo de sus capacidades, generando aumento en los costos, mayor tiempo de producción y una producción de menor calidad. En resumen, un mal manejo del mantenimiento industrial afecta directamente la productividad y la producción de la empresa.
De lo anterior se concluye entonces que el mantenimiento industrial posee un peso específico en el desarrollo de la actividad de una empresa y, por lo tanto, tiene gran incidencia al momento de tomar decisiones.
Pero, ¿cuáles son las ventajas del mantenimiento industrial? Aquí presentamos algunas:
- Evita la paralización de la actividad de una empresa en el caso de que una máquina falle o presente una avería.
- Alcanza un rendimiento pleno en términos de funcionamiento de las máquinas, lo que implica una repercusión directa en la productividad de la empresa.
- Los riesgos materiales y personales por concepto de desgaste de las máquinas se reducen a su mínima expresión o se eliminan.
- Cumplimiento con la legislación vigente cuando ésta existe.
Conociendo los indicadores de productividad industrial
Los indicadores de productividad son herramientas que utilizan las empresas para evaluar el rendimiento y la eficiencia de sus procesos, en este caso del mantenimiento.
En términos simples, permiten medir la cantidad de recursos utilizados por las empresas para generar una pauta de mantenimiento que garantice un perfecto funcionamiento y operatividad de la empresa.
El objetivo es obtener información fiable y actualizada que permita, a través de un control efectivo de los procesos, identificar y corregir potenciales problemas y anomalías en las actividades de la empresa antes que estas sucedan, previniendo y evitando perjuicios para los clientes y la propia organización.
Los indicadores de productividad son fundamentales para conocer el estado real del proceso de mantenimiento de una empresa. En la medida que éstos estén definidos y se apliquen, es posible obtener, con mayor grado de exactitud, una gran cantidad de información crítica para la toma de decisiones en el ámbito de la productividad.
Los indicadores de productividad tienen la característica de mostrar la relación directa entre la medición de los recursos utilizados y lo que se produce. Por esa razón, si desea medir la productividad de un proceso, es muy importante identificar y documentar todos los recursos y productos que intervienen en él.
Si esto no se hace correctamente, los resultados no corresponderán a la realidad, comprometiendo la planificación, el rendimiento y el crecimiento de la empresa.
Es fundamental tener presente que cada proceso está encadenado con otro. Por eso, conocer cada proceso es clave. Y para controlar o crear indicadores de productividad para el mantenimiento, debemos considerar los siguientes puntos:
- Diagnóstico de la actividad de mantenimiento.
- Procesamiento de la información, capacitación y adiestramiento.
- Incorporación de la innovación como aporte para el mejoramiento continuo.
Indicadores más relevantes
Aunque existe una serie de indicadores de productividad, podemos identificar algunos esenciales y genéricos, que se pueden aplicar para todo tipo de actividad. Entre los más elementales, encontramos los siguientes:
- Eficacia – permite determinar si un determinado objetivo dentro de un proyecto se cumple o no. La eficacia puede variar en función del planteo del objetivo desde un inicio.
- Calidad del trabajo realizado – se puede considerar como un complemento del indicador anterior, ya que en la medida que se cumple un objetivo, la pregunta siguiente se relaciona con el nivel de calidad de éste.
Por lo tanto, la calidad está ligada a una calificación del trabajo, por lo que es un indicador que ayuda a tener bajo un control máximo la productividad en el proyecto.
- Eficiencia – permite determinar la cantidad de recursos invertidos para alcanzar un objetivo determinado. Como es de suponer, una mayor eficiencia implica haber ocupado una menor cantidad de recursos y viceversa para alcanzar una meta. Cuando se habla de recursos en este aspecto, no se trata simplemente de dinero. Los costos en términos de personal, tiempo, entre otros, también se deben considerar al hablar de eficiencia.
- Gestión del tiempo – el tiempo es uno de los indicadores de mayor protagonismo, aunque inconscientemente es el peor empleado en la gestión de proyectos. Al igual que la eficiencia, se relaciona de manera inversa con los objetivos. Eso significa que, a menor utilizado para realizar una tarea, mejor será la gestión del tiempo que se haya realizado.
¿Por qué diagnosticar la actividad de mantenimiento?
Diagnosticar la actividad de mantenimiento involucra un proceso cuyo objetivo final es saber si todo el proceso se está llevando a cabo de la manera adecuada o no.
Un factor clave del diagnóstico se relaciona con las funciones que debe realizar el equipo encargado del mantenimiento. Es importante revisar la descripción del trabajo que hay que hacer, lo que a su vez permite elaborar un perfil de capacitación que servirá de base para la ejecución de un trabajo de mantenimiento estandarizado en el futuro.
Este proceso lleva a la consecución de una estrategia, con la cual se pueden medir los resultados tanto del mantenimiento como de la capacitación definida por el encargado de gestionar el tema. Y si la estrategia está bien diseñada y ejecutada, los resultados en términos de productividad serán visibles a corto o mediano plazo.
El apoyo de la tecnología en el mantenimiento industrial
Más allá de la gestión tradicional, hoy la tecnología ofrece soluciones que ayudan a las empresas a conocer, estudiar y realizar una gestión optimizada de todos sus procesos de forma profesional e integrada.
Eso facilita el uso de los indicadores de productividad y asegurando su confiabilidad y credibilidad. Y la forma de hacerlo considera el desarrollo de herramientas digitales, que permiten, por ejemplo, el mapeo, control, seguimiento y automatización de los procesos de negocio, entre otras variables.