Importancia de las duchas de emergencia

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Las duchas de emergencia son vitales para mitigar los efectos de la exposición a sustancias contaminantes, en especial las quemaduras en la piel y ojos provocadas por líquidos corrosivos, polvo abrasivo o gases contaminantes, entre otros riesgos.

Uno de los factores clave para el desarrollo competitivo de las empresas es la seguridad, tanto del personal como de las distintas operaciones que se realizan a diario en sus instalaciones. Esto implica optimizar y maximizar la prevención de accidentes y enfermedades laborales, especialmente cuando se trabaja en contacto directo con insumos de riesgo y sustancias peligrosas.

Dentro de este escenario, una de las principales causas de accidentes graves es la exposición a elementos químicos presentes en el entorno, como sustancias cáusticas, corrosivas o venenosas.

Este tipo de imprevistos suele ocurrir en entornos industriales, obras de construcción, o faenas de extracción de minerales, y sus consecuencias son muy graves para los trabajadores, aún cuando utilicen ropas o elementos de protección como zapatos, guantes, cascos y antiparras.

Por ello, junto con la prevención también es imprescindible utilizar sistemas de seguridad que permitan enfrentar adecuadamente las consecuencias de un accidente de estas características. En especial durante los primeros 10 a 15 segundos que siguen a la exposición.

Dos elementos esenciales dentro de toda estrategia de seguridad son las duchas de emergencia y las fuentes lavaojos, que contribuyen efectivamente a minimizar los efectos de la exposición accidental a productos químicos, sobre todo si se trata de ácidos o gases corrosivos.

¿Por qué es importante contar con duchas de seguridad?

Existe gran cantidad de actividades productivas, industriales, extractivas y de explotación de recursos naturales que están afectas a riesgos de naturaleza química. Entre estos se cuentan situaciones como derrames, salpicaduras de sustancias, proyección de partículas y exposición a polvos químicos de diversa naturaleza.

Si bien todos estos accidentes pueden dañar gravemente la piel y ojos de los trabajadores, los eventos que involucran agente químicos corrosivos son particularmente graves (como las quemaduras por ácido en la minería y algunas actividades industriales), debido a que implican destrucción de células y moléculas.

La gravedad de estas quemaduras dependerá del tipo de producto químico y su concentración, así como de la temperatura del producto y el tiempo que esté en contacto con la piel. De hecho, el daño que sufren los tejidos producto de una quemadura química no se detiene hasta que se neutraliza el producto, por lo que la medida paliativa más urgente e importante, tras producirse el contacto o salpicadura, es el lavado con agua abundante.

De este modo, las duchas y lava-ojos de emergencia son la primera línea de auxilio en caso de sufrir un accidente de estas características, debido a que ofrecen instantáneamente el caudal de agua necesario para neutralizar el efecto una quemadura de este tipo.

¿Qué actividades deben contar con estos sistemas?

La legislación internacional establece que las duchas de emergencia son obligatorias para todas aquellas empresas que manipulen o almacenen a diario una cantidad elevada de residuos peligrosos (tales como ácidos, agentes químicos, corrosivos o contaminantes).

En el caso de Chile, el Decreto Supremo número 43 del ministerio de Salud establece, en su artículo 31, que “todas las bodegas comunes que almacenen sobre seis toneladas de sustancias peligrosas, deberán contar con Ducha y Lavaojos de Emergencia”.

El artículo 61 del mismo texto determina que “deberán existir duchas y lavaojos de emergencia a no más de 20 metros de las puertas de carga/descarga, ya sea al interior o exterior de la bodega, y a 10 metros de la zona de toma de muestras de estanques, que se encuentren al interior de una bodega, con un caudal suficiente que asegure el escurrimiento de la sustancia a limpiar”.

Para el caso de las actividades de almacenamiento a granel, la legislación chilena exige que “deberán existir duchas y lavaojos de emergencia al exterior del depósito de contención, a no más de 10 metros de la zona toma de muestras, o de carga y descarga, de los estanques de líquidos o sólidos, o del perímetro de la pila a granel, según corresponda, con un caudal suficiente que asegure el escurrimiento de la sustancias a limpiar”.

¿Cómo utilizar correctamente una ducha de emergencia?

Tal como en el caso de los equipos contra incendios o de las rutas de evacuación, las duchas de seguridad y las fuentes lavaojos deben instalarse en lugares de fácil acceso, para que puedan utilizarse rápidamente ante una emergencia.

Del mismo modo, es esencial disponerlos en aquellas zonas donde exista mayor probabilidad de que los trabajadores sufran lesiones causadas por polvos químicos, líquidos corrosivos, gases tóxicos, vapores o partículas lacerantes y venenosas.

Para que una ducha de seguridad cumpla su cometido debe proporcionar el caudal de agua suficiente para empapar por completo a una persona en menos de 10 segundos. En estos casos, los expertos internacionales recomiendan que el equipo entregue un caudal mínimo de 114 litros por minuto de agua corriente, durante al menos 15 minutos.

También hay que procurar que el agua no esté fría (preferiblemente entre 20° y 35°), y que el trabajador accidentado permanezca bajo el chorro de agua mientras se retira todas las prendas contaminadas. Después de esto, debe permanecer en la misma posición por al menos otros 10 minutos, para así asegurar que el contaminante se remueva completamente.

En el caso de las fuentes lavaojos individuales, estas deben estar constituidas básicamente por una pileta de 25 a 35 cm con su correspondiente desagüe, un sistema de fijación al suelo o a la pared, un accionador y dos rociadores capaces de proporcionar un chorro de agua potable, totalmente limpia (transparente) y con pH neutro.

El sistema de accionamiento de la ducha debe ser fácil, rápido y lo más accesible posible, pues por lo general el trabajador herido no podrá usar sus ojos. Para ello se sugiere un tirador triangular unido a una barra fija, que se accione mediante un solo movimiento. Otros sistemas útiles son una cadena o un pedal inferior (este último también es adecuado para las fuentes lavaojos independientes).

El aspersor de aguar debe tener un cabezal de al menos 20 cm de diámetro y contar con orificios grandes, para evitar que estos se obstruyan fácilmente debido a la presencia de depósitos de cal u óxido.

También es conveniente que la ducha de seguridad disponga de un desagüe para evitar la formación de charcos que puedan provocar caídas del personal, o daños en otros equipos que se encuentren cerca.

Del mismo modo, es conveniente tener presente que hay ciertos productos que reaccionan de manera violenta o que generan residuos peligrosos en contacto con el agua. Por ello, estos deben ser convenientemente etiquetados y ubicarse en lugares alejados de las duchas y lavaojos de emergencia.

Asimismo, se debe instalar un dispositivo de alarma acústica o visual en las áreas cercanas (por ejemplo, una sirena y una luz estroboscópica oscilante), que se active al momento de accionar la ducha. De este modo, el resto de personal y los equipos de emergencia se enterarán de que hay un accidente, y podrán brindar ayuda a la persona accidentada.

Junto con estas consideraciones particulares, es conveniente que el comité de higiene y seguridad de la empresa, así como los supervisores a cargo, adopten otras medidas complementarias.

  • Determinar quiénes serán los responsables de educar a los trabajadores en el uso de las duchas de emergencia, así como definir las estrategias que ayuden a reducir la exposición de los trabajadores a escenarios de riesgo que representen un peligro para su salud.

Consejos generales

  • Establecer y aplicar un programa de control constante para verificar a diario tanto el correcto funcionamiento de la ducha y el lavaojos, como el abastecimiento de agua. Esto implica realizar un mantenimiento preventivo periódico del estado de cañerías, válvulas, llaves de paso, desagües y flujo de agua. En este punto se pueden utilizar App y soluciones digitales que permitan revisar en forma apropiada y segura todos los checklist necesarios.
  • Señalizar adecuadamente estos elementos de seguridad, así como informar y educar al personal sobre su correcto uso. Esto implica conocer la ubicación de la ducha mixta y de la fuente lavaojos, entender su funcionamiento, saber qué primeros auxilios se deben brindar a continuación y conocer los métodos de descontaminación más adecuados para actuar asertivamente ante una emergencia de este tipo.

A su vez, siempre hay que tener presente que estos sistemas de descontaminación no reemplazan ni eliminan a las demás medidas de protección habituales; y que es fundamental cumplir todas las normas básicas de higiene y seguridad para resguardar correctamente la vida y salud de los trabajadores.


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Francisco Gonzalez

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