El auge y masificación del teletrabajo conllevan la dificultad de aplicar estrategias eficientes para prevenir enfermedades y accidentes laborales. Sin embargo, la moderna gestión de personas ha desarrollado alternativas exitosas, sobre la base de comunicación constante y mejora continua.
Hoy es ampliamente aceptado que el teletrabajo y las labores a distancia llegaron para quedarse. De hecho, una gran proporción de ocupaciones críticas son híbridas, lo cual se traduce en mayor proporción de horas de trabajo distribuidas entre empresas y hogares.
Por ello, es importante desarrollar y aplicar planes de seguridad y salud laboral que protejan, simultáneamente, tanto a quienes se desempeñan en las instalaciones de la empresa, como a quienes laboran de forma remota.
La complejidad del ambiente online
El avance de las tecnologías de información y comunicación han facilitado de manera significativa el trabajo remoto. Sin embargo, esto también plantea complejos desafíos de seguridad y salud laboral.
Por una parte, las organizaciones deben optimizar sus estrategias informativas, para que sus teletrabajadores estén al tanto de los procedimientos que deben aplicar para cuidar su integridad física y mental. Por otra parte, se requieren nuevos diseños de fiscalización para asegurar que cada uno de los colaboradores remotos cumplan, efectivamente, los estándares de seguridad laboral transmitidos por sus empleadores.
Sin embargo, una gran proporción de los “teletrabajadores” no cuenta con un espacio dedicado exclusivamente a su labor. De hecho, aunque lo tengan, este no siempre ha sido diseñado con principios ergonómicos, ni tampoco está equipados con sistemas de seguridad como, por ejemplo, vías de evacuación o redes de protección contra incendios, entre otros elementos, que sí existen en las empresas.
Esto implica la presencia de diversos riesgos laborales específicos del teletrabajo, y que deben ser resueltos tanto por el empleador, como por cada uno de los trabajadores involucrados.
No se debe olvidar que el teletrabajo debe ajustarse a las normativa vigente, en especial las disposiciones que regula la prevención de accidentes y/o enfermedades laborales. Por ende, empleador y trabajador deben cumplir una serie de obligaciones tendientes a asegurar que el régimen de teletrabajo brinde la misma protección con que cuentan los servicios presenciales.
¿Cuáles son los riesgos de Salud Laboral del Trabajo?
Si bien el riesgo de sufrir accidentes laborales de un teletrabajador es menor al que enfrentan quienes se desempeñan presencialmente, porque no hay tareas físicas peligrosas, ni extensos traslados desde el hogar hasta la oficina, ello no implica seguridad absoluta. Por el contrario, hoy es posible identificar los siguientes riesgos importantes:
Dolencias musculoesqueléticas
Es el problema de salud laboral más frecuente y se asocia, habitualmente, a la falta de ergonomía del puesto de trabajo. Esto incluye mal diseño del escritorio o la superficie de trabajo, sillas, teclados, pantallas y apoyapiés, entre otros elementos. Tampoco se atienden debidamente otros aspectos como posturas forzadas, inmovilidad corporal y mecanización muscular.
Cansancio visual
Generalmente es ocasionado por iluminación inapropiada, así como por la baja calidad, incorrecta ubicación y mal ajuste de la pantalla del computador.
Trastornos psicológicos como angustia, estrés y aislamiento social
Aparecen por exceso de trabajo, mala planificación y deficiente gestión de la jornada laboral. A ello se suma una mala entre trabajo y hogar, lo cual se traduce en conflictos personales y eventuales crisis familiares.
Problemas de organización
Por lo general surgen debido a la inadecuada coordinación con los demás integrantes del equipo, lo cual suele derivar en bajo rendimiento laboral individual y grupal.
¿Cuáles son los principales riesgos de Seguridad del Teletrabajo?
El teletrabajo también plantea complejos riesgos de seguridad, dado que se trata de un espacio no controlado, y donde no siempre se ponen en práctica las estrategias y planes desarrollados para empresas, industrias u oficinas.
Este escenario se agrava aún más, si se considera que cada hogar particular puede tener sus propios riesgos, como instalaciones eléctricas defectuosas, salidas estrechas, espacios poco iluminados o exceso de humedad, por ejemplo, Todo ello genera dificultades para gestionar en forma adecuada los planes de prevención de riesgos.
Entre los principales factores que incrementan estas situación se cuentan los siguientes:
- Dificultad para acceder a atención de emergencia.
- Estrés causado por problemas domésticos, propios del hogar y la convivencia, que se suman a la dificultad propia del trabajo.
- Interferencia de terceros (hijos, familiares, parejas u otras personas) en el normal desarrollo de las tareas cotidianas.
- Deficiencia o ausencia de infraestructura, equipamiento y mobiliario apropiados.
- Falta de rutas de evacuación definidas en caso de emergencia.
- Incapacidad para supervisar en forma eficiente el desempeño y cuidado del trabajador.
- Mala conciliación por falta de claridad en los límites establecidos entre vida familiar y trabajo.
- Ansiedad o desidia generada por sobrecarga o escasez de carga laboral.
Cada uno de estos riesgos podría enfrentarse debidamente, en un espacio de trabajo común. Sin embargo, no todos los hogares son iguales, por lo que esta particularidad de tener múltiples espacios destinados a teletrabajo se traduce en un gran obstáculo para aplicar exitosamente una estrategia de riesgo única.
¿Cómo enfrentar los riesgos de Seguridad y Salud del Teletrabajo?
Pese a esta complejidad, existen métodos que permiten reducir los riesgos de seguridad y salud en el lugar de teletrabajo.
Ante todo, se debe implementar un sistema de comunicación diaria, constante y confiable, entre empleador y colaborador. Mediante estas conversaciones (que pueden realizarse antes de comenzar la jornada laboral), se le puede recordar al trabajador la lista de riesgos potenciales, y sugerirle, al mismo tiempo, alguna estrategia que le permita enfrentarlos.
Algunas de estas soluciones son las siguientes:
Contar con un política de trabajo remoto
El primer paso para establecer pautas de seguridad laboral para teletrabajadores consiste en desarrollar una política de trabajo en remoto. Se debe comunicarla oportunamente a todos los colaboradores, y enfatizarles constantemente la necesidad de que la respeten y se adhieran a ella en forma estricta.
Revisar iluminación, ventilación y calefacción
Esta tarea debe hacerse en conjunto con los colaboradores, pues ellos son los que mejor conocen su hogar. De este modo, podrán consensuarse mejores prácticas laborales y se les guiará a configurar correctamente su espacio de trabajo. También puede verificarse el estado de la instalación eléctrica; la existencia de cables que puedan causar tropezones y caídas; y la presencia de objetos que puedan caerse y golpear a las personas, entre otras múltiples situaciones posibles.
Comprobar el estado de los equipos de trabajo
La mayoría de teletrabajadores realizan sus tareas en un computador. Por ende, se debe tener especial cuidado en aspectos tales como altura del monitor, posición del teclado y ergonomía de la silla. Además, se debe eliminar cualquier tipo de objeto u elemento que pueda causar daño al trabajador. De este modo se podrá contar con un espacio de trabajo amigable y más seguridad.
Fortalecer los canales de contacto
Los canales de comunicación pueden fallar durante una emergencia. Por ello, es fundamental que el trabajador cuente con más opciones (internet, teléfono móvil, teléfono fijo, aplicaciones de mensajería instantánea, correo electrónico etc.), para enfrentar adecuadamente esta eventualidad.
Tener procedimientos estándar de emergencias
Aunque se trate de múltiples espacios de trabajo diferentes entre sí, es absolutamente imprescindible estandarizar los procedimientos de emergencia. Esto incluye las estrategias para prevenir accidentes, incidentes y factores perturbadores; para ordenar elementos que constituyan riesgo para el trabajador; y para redactar reportes. Todos estos procedimientos deben ser debidamente documentados y comunicados a los trabajadores, asegurándose de que cada uno de ellos los ha recibido, comprendido y aceptado.
Revisar periódicamente los espacios de trabajo
Las condiciones adecuadas no duran para siempre. Es importante, entonces, revisar con periodicidad regular (ojalá una vez al mes), la efectividad de las medidas adoptadas. Esto implica, asimismo, identificar eventuales cambios en el espacio de trabajo, así como proponer nuevas acciones que optimicen la tarea.
Los especialistas en gestión de personas y talento recomiendan adoptar el llamado modelo PDCA (Planear, Hacer, Verificar y Actuar); herramienta cíclico y efectiva, que asegura mejora continua en las estrategias de salud y seguridad laboral.
También es valioso contar con profesionales especializados en salud laboral, sean médicos, fisioterapeutas o psicólogos, para que orienten a los trabajadores a detectar riesgos físicos o psicosociales que, debido a falta de contacto directo o información, puedan pasar inadvertidos.
Tal vez no siempre será posible que alguno de estos profesionales se desplace físicamente hasta el lugar donde el trabajador se encuentra, pero si puede proporcionarle asistencia remota virtual, lo cual también representa una ayuda valiosa, ya sea en forma de tratamientos, terapias o consejos para cuidar su salud e integridad física.
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