Hablar de cambios en la actualidad es algo frecuente. En diversos aspectos de la vida diaria, el concepto se repite una y otra vez. Y aunque sea fácil expresarlo, no resulta tan simple convivir y menos adaptarse a él con facilidad.
Si lo llevamos al ambiente empresarial y laboral, tanto las organizaciones como las personas tienen que encarar el cambio continuo. Y en tiempos de pandemia, la situación ha sido llevada a extremos que imaginábamos, pero no creíamos que podrían suceder pronto.
Ante todo esto, los procesos de cambio confirman su presencia constantemente y la capacidad de adaptarse a ellos pasa a ser una habilidad muy valorada y que todos anhelan poseer o cultivar. ¿Es posible?
¿Qué significa la adaptación al cambio?
Podemos entender la adaptación al cambio como la habilidad para transformarse y alcanzar un determinado objetivo. En otras palabras, es la capacidad necesaria para asumir diversas alteraciones relacionadas con las rutinas a las cuales estamos acostumbrados, no ofrecer resistencia y aceptar hacer las cosas de otra manera si las circunstancias así lo determinan.
Aunque la pandemia del Covid-19 nos llevó a un extremo en que la necesidad de cambios y adaptación a ellos se muestra en su máxima expresión, se trata de una situación que actualmente se ha convertido en una rutina. Y como consecuencia, esta capacidad profesional también ha pasado a ser una constante, pese a todas las dificultades que solemos tener ante cualquier cambio que se nos impone.
Hoy tenemos la necesidad de acomodarnos a los tiempos globales. En este contexto, los cambios son constantes e inesperados, por lo que la adaptación al cambio es fundamental para la supervivencia de cualquier organización.
¿Se puede cultivar la capacidad de adaptarse al cambio?
Por suerte sí. La capacidad de adaptación al cambio es una habilidad que podemos desarrollar y perfeccionar en todo momento.
Para eso, hace falta incorporar algunos hábitos que permitan integrarla a la empresa y a la vida profesional.
Considerada entre las habilidades blandas, hoy muchas empresas valoran la adaptación al cambio de forma considerable. La visión que se tiene es que, al contar con esa condición, significa que un profesional tendrá mayores facilidades para afrontar dificultades a lo largo de su vida profesional.
¿Cómo las empresas identifican la adaptación al cambio?
En un ambiente competitivo que demanda profesionales altamente calificados, las empresas se encargan de revisar el perfil de los trabajadores con el fin de determinar si cuentan o no con las habilidades para adaptarse a los cambios.
Entre las características que buscan, se encuentran:
- Versatilidad para acomodarse a variaciones o cambios completos de estrategia
- Capacidad para resolver problemas ante cambios repentinos de las reglas
- Rapidez para comprender y ejecutar nuevos conocimientos con alto nivel de eficacia
- Habilidad para modificar con rapidez una rutina incorporada, valorando las consecuencias positivas o negativas
- Proactividad para ejercer ascendencia sobre el equipo, en el afán de alcanzar metas
- Resistencia a trabajar bajo presión y al estrés, enfrentando y resolviendo conflictos
- Resiliencia, fortaleza, tolerancia y autocontrol
- Percepción de los cambios como oportunidades para aprender y crecer profesionalmente
- Capacidades comunicacionales como la empatía y el saber escuchar
- Destrezas para prever cambios y anticiparse a potenciales problemas
¿Qué beneficios buscan las empresas?
Las empresas necesitan contar con profesionales que se adaptan al cambio por diversas razones. Ante un panorama mundial cada vez más dinámico, ya no basta con profesionales con expertise solamente en sus áreas de formación académica y experiencia en el campo laboral. Además, hoy se requieren habilidades que permitan crecer, mantenerse vigentes y proyectarse en un mercado cada vez más exigente y competitivo.
Al contar con estas habilidades para adaptarse a los cambios, los profesionales se valorizan tanto en el aspecto laboral como personal, accediendo a mejores condiciones a una posición mejorada para negociar eventuales mejoras salariales u otros beneficios. A su vez, las empresas se ven beneficiadas al contar con trabajadores capaces de responder de mejor manera a todo tipo de exigencias, siempre apuntando a superar adversidades y alcanzar los objetivos propuestos.
Una relación donde ganan todos
Contar con habilidades de adaptación al cambio genera condiciones para una relación de tipo “win-win”, que genera interés tanto para las empresas como los profesionales.
Además, las organizaciones se ven protegidas ante la posibilidad de perder recursos en períodos de indecisión, afrontando los problemas con personal más capacitado ante los vaivenes que se generan. Como consecuencia, las empresas adquieren la capacidad de responder con mayor eficiencia a escenarios críticos, generalmente imprevistos, y que ponen en riesgo la operación y los objetivos trazados a priori.
¿Cómo mejorar la adaptación al cambio?
Como vimos al principio, la habilidad de adaptarse al cambio se puede cultivar y potenciar. Para eso, se requiere identificar la necesidad y trabajar para generar las condiciones necesarias que permitan el desarrollo de este tipo de habilidades, con el fin de proporcionar mejores herramientas para superar dificultades a la hora de gestionar y tomar decisiones al interior de las empresas.
Por lo tanto, es necesario:
- Identificar y conocer el nuevo escenario a través del manejo de información clave que permita identificar las dinámicas que se mantienen y las que cambiarán. Asimismo, es fundamental tener una perspectiva de la situación en que se encuentra la competencia y el mercado de manera general, con el objetivo de tener la mayor cantidad de antecedentes posibles de cara a la toma de decisiones.
- Realizar una gestión que considere los cambios, permitiendo visualizar las nuevas condiciones y actuar de manera concordante con ellos. Es fundamental analizar los recursos disponibles y adaptarse a la nueva situación.
- Cuando se trata de adaptabilidad al cambio, es importante tener muy en cuenta el factor tiempo. Las buenas medidas se toman sin exasperarse ni tampoco titubear demasiado, ya que el tiempo debe considerarse como un bien precioso que no se puede desperdiciar.
- Establecer que el aprendizaje continuo y el cambio constante son parte de la normalidad. Al incorporar estos conceptos a la mentalidad del equipo, se vuelve más difícil que situaciones complicadas sorprendan a la organización sin al menos una actitud proactiva y positiva ante los cambios. Cada problema será encarado como un desafío a superar con tranquilidad y conocimiento.
- La estructura de la organización debe poseer flexibilidad y estar preparada para cambios que se produzcan de manera imprevista. La gestión es fundamental para que la habilidad de adaptación al cambio sea efectiva. Se requiere por un lado de que los profesionales cuenten con esa capacidad, pero también la organización para que todo fluya según lo planificado y exista un proceso detrás de la toma de decisiones, no una improvisación intuitiva.
Las ventajas de la digitalización
En la era digital, la gestión durante períodos inestables y cambiantes juega un papel decisivo. La habilidad para adaptarse a los cambios es sumamente relevante, pero contar con herramientas digitales para apoyar la toma de decisiones y la organización de cada proceso involucrado es de gran ayuda para las empresas.
En la medida que el manejo de la información se realiza con mayor precisión, mejores serán los resultados. En períodos de vaivenes e incertidumbre, donde se producen cambios planificados y forzados, la capacidad de saber adaptarse es imperiosa y el trabajo se ve mucho mejor respaldado con soluciones específicas que permiten tomar decisiones más rápido y con seguridad.